Ministerio Evangelístico Musical, Palabra de Reconciliación, Inc
No hay científico alguno, que pueda explicar como se sintió Dios en lo profundo de su corazón, cuando el hombre a quién creó a su imagen pecó. Dios creó al hombre a su propia imagen para tener una relación amorosa y personal por toda la eternidad. Tanto deseó Dios esa íntima relación con la raza humana que, cuando Satanás tuvo éxito al tentar a Adán y a Eva para que se rebelaran y desobedecieran el mandamiento de Dios, Él prometió enviar a un Salvador para redimir al género humano de las consecuencias del pecado. De esa manera Dios tendría un pueblo para sí que disfrutara de Él, lo glorificara y viviera en justicia y santidad delante de Él.
Esa promesa predice la victoria final para la humanidad y para Dios sobre Satanás y el mal al profetizar un conflicto espiritual entre la “simiente” de la mujer (Jesucristo) y la “simiente” de la serpiente (Satanás y sus seguidores).