Ministerio  Evangelístico Musical, Palabra de Reconciliación, Inc

Nuestro Dios es un Dios de amor  (1 Jn 4:8), pero también es un Dios de fuego consumidor (He 12:29).  Su amor sobrepasa todo entendimiento humano, pero en su justicia destruye al malvado.  


Juan nos dice que Jesús vino al mundo a salvar al pecador, y no quiere que ninguno se pierda, pero se condenan a si mismo aquellos que no creen en su nombre, que no creen en el nombre del unigénito Hijo de Dios.   En el evangelio según San Juan capítulo 1 verso 19 en adelante, esta relatado el testimonio que Juan el Bautista dio acerca de Jesús. Juan dice: “Yo soy la voz de uno que clama en el desierto:  Enderezad  el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.  (Jn 1:23)

El beneficio de hacer caso al aviso

Juan el Bautista estaba abriendo camino al que venia a bautizar  con Espíritu Santo y fuego.   Jesús llegó el pueblo vio milagros de diversas índoles, y aún así no creyeron en él.  Muchos se burlaban de él y le dieron la espalda.


El evangelio nos dice: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”.  (Jn. 1:11)


Pero Jesús dijo que un día vendrá a buscar una Iglesia sin mancha y sin arrugas.  Una Iglesia lavada con su sangre derramada allí en la cruz en el Calvario.



Bendiciones de la obediencia


Deuteronomio 28:1-6;

13-14

El llamado a Jeremías no fue nada vistoso.  El joven se negó ante Jehová a ejercer el mismo.  Pero fue a él a quién Jehová encontró capacitado para llevar la carga que habría de ponerle sobre sus hombros.  Jeremías debía profetizar a la Judá impenitente el juicio ineludible de Dios.  El profeta vivió para ser testigo de las invasiones babilónicas a Judá que dieron como resultado la destrucción de Jerusalén y el templo.  A Jeremías le tocó profetizar a la nación durante los últimos años de su de su decadencia y caída.   Jeremías fue menospreciado, perseguido y hasta encarcelado con opción a muerte por su profecía, por avisar al pueblo lo que estaba por ocurrir.  En el capítulo 4 versículo 6, el profeta habla en nombre de Jehová: “Alzad bandera en Sión, huid, no os detengáis; porque yo hago venir mal del norte, y quebrantamiento grande”.  Dios estaba airado con su pueblo por todo el mal que se estaba haciendo en Judá y todo Israel.  Sin embargo su amor no dejó de manifestarse, y por eso daba aviso al pueblo a través del profeta, para que arreglaran su conducta.  Pero ni el rey, ni los príncipes, ni el pueblo en general daba  oído al aviso enviado.   Por tal motivo Dios haría que los babilonios invadieran a Judá y les permitiría que asolaran la tierra.  La visión de Jeremías de tal asolamiento que viene sobre su pueblo hizo que pareciera como si todo el uni

Papel de Jeremías como vigía profético

todo el universo hubiera sido asolado y transformado en el mismo desorden sin forma que había al principio, antes que Dios comenzara a crear el mundo .  


“Mejorad vuestros caminos”.  Dios le hace otro llamado al pueblo para que se arrepienta de sus malos caminos; sin embargo, mientras ellos creyeran que estaban seguros sencillamente por causa del templo y su ceremonial, no veían necesidad alguna de arrepentirse.  El pueblo estaba cometiendo toda clase de pecados; luego el día de reposo iba al templo y se ponía delante de Dios, engañándose al pensar que estaba seguro en el amor de Dios por él.  En la actualidad está a la vista esa misma clase de teología, cuando las personas que viven en rebeldía contra Dios y sus mandamientos se sienten seguras porque creen en “la sangre de Cristo”.  En las palabras de Jeremías, están confiando “en palabras de mentira que no aprovechan”.


Hoy día la excusa mayor que tienen las personas, para no aceptar el aviso de los acontecimientos futuros y para no aceptar a Cristo como Salvador, es que tienen una religión ya establecida.  Estos andan como ciegos, y son guías de ciegos.  Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo.

Mejorad vuestros caminos.

“¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre?  He aquí que también yo lo veo, dice Jehová”.     Jeremías 7:11

Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,  también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.  Y vendrá sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová la voz de Jehová tu Dios.  Bendito será tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.  Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.  Benditas serán tu canasta y  tú artesa de amasar.  Bendito serás en tu entrar, y bendito  en tu salir.


Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamiento de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.


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